En el día de hoy, 18 de Septiembre de 2012,
nosotros, el pueblo indígena Yanomami, representados por la Organización Yanomami
HORONAMI, reunidos en Puerto Ayacucho, queremos realizar el siguiente
pronunciamiento sobre la PRESENCIA DE
MINERÍA ILEGAL EN EL ALTO OCAMO, Municipio Alto Orinoco:
1.- Reconocemos
nuevamente los esfuerzos realizados por los órganos del Estado venezolano, en
particular la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, (FANB) el Ministerio Público y el CICPC, que se trasladaron
hasta las cabeceras y la serranía del Alto Ocamo, recorriendo la zona durante 5
días hasta llegar a la comunidad de Irotatheri, en compañía de nuestros
representantes de Horonami.
2.- Consideramos
fundamental que la comisión de organismos del Estado que estuvo en la zona
emita el informe correspondiente con los resultados de la investigación que
llevó a descartar la masacre de
indígenas Yanomami.
Consideramos que si
bien no se pudieron determinar hasta el momento indicios de una masacre en la
zona, lo cual para nosotros es motivo de alegría, queremos dejar saber a la
opinión pública que existe una presencia abundante de mineros ilegales
acampados desde hace años en la zona del Alto Ocamo, provenientes de Brasil. A
través de los medios se ha dicho que toda esta tranquilo y la gente está feliz.
Nosotros, los yanomami de Horonami que estuvimos en la comisión, vimos los
campamentos de mineros ilegales, vimos pasar una avioneta, vimos una pista
clandestina, vimos algunos garimpeiros huyendo de la comisión que caminaba por
la selva. Nosotros tenemos las evidencias de lo que decimos. Los efectivos de
las Fuerzas Armadas, de la
Fiscalía y el CICPC que venían en la comisión, también fueron
testigos de esto.
Es muy fácil pensar que los Yanomami y su organización Horonami
están mintiendo porque la comisión no encontró ocurridos caso de los indígenas
Yanomami. Estas noticias que llegaron sobre posibles muertos Yanomami no son mentiras,
son los signos claros de que hay mucho conflicto en la zona de serranía de Alto
Ocamo. La mentira es decir que en esa zona toda está bien.
No queremos atacar al gobierno nacional, ni
queremos que nuestra situación sea manipulada para las elecciones. Nuestra
verdad es lo queremos es la defensa de nuestro pueblo, nuestro hábitat y
nuestra tierra que está siendo depredada y contaminada. Repudiamos a los medios
y otras personas que han manipulado la información con fines políticos,
aprovechándose de esta grave situación con fines electoreros.
Reconocemos los esfuerzos de las FANB en 2009,
2010, 2011 y 2012 por atender los llamados de los yanomami y de nuestra
organización Horonami en atención a denuncias de garimpeiros. También supimos
de los esfuerzos recientes del estado brasileño a través de la Operación shawara para la retirada
de garimpeiros. Pero es necesario insistir sobre la necesidad Yanomami de que
se tomen medidas permanentes y coordinadas entre Brasil y Venezuela para
controlar la dañina y masiva presencia de mineros ilegales que desde hace
varios años ingresan a Venezuela desde Brasil, representando una grave amenaza
a la integridad y la vida del pueblo Yanomami.
Aunque no se confirmó la información sobre
hechos violentos, la presencia abundante de mineros ilegales en la zona desde
hace varios años resulta en conflictos constantes entre los yanomami y los
garimpeiros, que además dividen a las propias comunidades yanomami y perjudican
a nuestras familias. Son estos conflictos los que pueden estar en el origen de
las informaciones de matanzas y abusos de todo tipo. Por el contrario, todo el
contexto de la región nos dice que hay un conflicto instalado entre mineros y
varias comunidades en el Alto Ocamo.
Es sabido también que la presencia de mineros
ilegales entre los Yanomami genera serias consecuencias para la salud (focos de
transmisión de malaria, enfermedades venéreas, contaminación por mercurio y
otras). En la visita a la zona encontramos comunidades con graves problemas de
salud que necesitan atención sanitaria urgente.
Sin mineros establecidos en la zona, amenazando
y explotando a los Yanomami, y dañando la naturaleza, este tipo de noticias no
llegarían a nuestros oídos. No podemos decir que las noticias que llegaron a
los medios son “mentiras de los yanomami” ni “mentiras de la organización
Horonami”. En un área de conflicto, este tipo de noticias tienen que ser
tomadas muy en serio. Tenemos el recuerdo de la masacre de Hashimú de 1993 muy
presente en nuestra memoria. Esto no son mentiras, son los signos claros del
conflicto.